Y un día llegamos a Ohakune, sin entender muy bien cómo llegamos. Un pueblo que casi no llega a ser pueblo, porque no hay habitantes en 8 meses del año. Un pueblo que explota en el invierno con su centro de ski. Pero que en el verano sólo quedan pocos viviendo en sus calles vacías, sus locales cerrados y tanta tranquilidad que ya estresa.
Hermoso dibujo amigo! me siento un poco más con ustedes.. pero cómo sigue la historia?!?! jaja los quiero. Mucha luz para los nuevos caminos!
Cinti
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